QUELLOUNO, CAPITAL DE LA NARANJA
LUIS CHOQUEHUANCA LOVON
Citricultor y Líder Emprendedor de Quesquento (Quellouno)
Luis Choquehuanca, citricultor de Quesquento en el distrito de Quellouno, transformó huertos de élite en una producción tecnificada de cítricos. Formado en el campo y respaldado por la municipalidad, lideró su asociación para profesionalizar cultivos, ejecutar la planta procesadora y diversificar en jugos, néctares y mermeladas. Hoy avanza hacia la certificación SENASA, exportación y prácticas sostenibles, llevando el sello de Quellouno a mercados nacionales e internacionales.


Orígenes en las huertas de hacendados: Hasta la Reforma Agraria, las huertas de Quesquento eran patrimonio exclusivo de los hacendados Bartín: allí crecían mandarinas, pomelos blancos y Washington Navel, reservados para la familia y sus allegados. La naranja corriente, en cambio, se repartía a los trabajadores andinos como parte de su jornal. Fue con la expropiación que Luis y su familia accedieron a esos cultivos y descubrieron su enorme potencial.
Reforma Agraria y acceso a material selecto: Con la llegada de las cooperativas de Chancamayo, el Ministerio de Agricultura instaló viveros en Chancamayo y distribuyó injertos y yemas de alto rendimiento. Los padres de Luis introdujeron esas variedades superiores y, gracias a la asistencia técnica, empezaron a dar sus primeros pasos hacia una producción tecnificada.
Formación técnica: A principios de los 70, Luis se formó en el Colegio Agropecuario de Calca, donde dominó técnicas de injerto, poda y fertilización estratégica. Aunque el riego presurizado aún no era común, incorporó métodos tradicionales de manejo de agua que, combinados con sus nuevos conocimientos, elevaron notablemente la calidad y consistencia de cada cosecha.
Explorando el mercado de Cusco: En los 80, Luis viajó por su cuenta a ferias y mercados de Cusco (San Pedro, avenida Ejército, puestos ambulantes) para conocer de primera mano las preferencias de los compradores. Aprendió que la frescura, la presentación y el trato directo son decisivos. A partir de ese aprendizaje, escaló sus canales de venta: primero con intermediarios cusqueños, luego limeños, y hoy apuesta por ventas directas que garantizan precios justos para los productores.
Estructura asociativa y crecimiento colectivo: Convencido de que el éxito se construye en equipo, Luis impulsó la formalización de su asociación local. Definió roles, estableció calendarios de cosecha y creó comités de calidad. Gracias a esa organización, los citricultores de Quesquento ofrecen volúmenes constantes y fruta homogénea, reforzando la confianza de los compradores y consolidando la marca Quellouno.
Respaldo institucional para la modernización: La Municipalidad Distrital de Quellouno aportó abonos especializados, equipos de riego y asistencia técnica permanente en Chancamayo, garantizando material genético selecto y monitoreo de humedad, elevando rendimientos y reduciendo riesgos climáticos.
Planta procesadora: unión de gestión y visión: El gran salto llegó con la planta procesadora de cítricos, ejecutada por la Municipalidad de Quellouno en alianza con la asociación de Luis. Cada fruta pasa ahora por selección, clasificación y empaque bajo estándares premium, lista para conquistar mercados nacionales e internacionales.
Innovación de productos con valor agregado: Luis diversificó su oferta: jugos naturales, néctares premium, mermeladas artesanales y vinos de naranja. Estos derivados elevan el perfil gourmet de Quellouno, abren nuevos canales de venta y mejoran los márgenes de sus asociados, asegurando ingresos sostenibles.
Ruta hacia la certificación y la exportación: Con procesos estandarizados, la asociación gestiona la aprobación SENASA para exportar cítricos frescos y procesados. El objetivo es llevar los frutos de Quesquento a Estados Unidos, Europa y Asia, posicionando al distrito como sinónimo de sabor, trazabilidad y calidad.
Sostenibilidad y legado para el futuro: Luis integra prácticas agroecológicas—rotación de cultivos, cobertura viva del suelo y uso responsable del agua—para proteger el valle.

VALERIO CRUZ RIVERA
Citricultor y Líder Emprendedor de Quesquento (Quellouno)
Valerio Cruz Rivera es un productor emblemático de Quesquento, distrito de Quellouno. Heredó la chacra familiar tras la Reforma Agraria y, con visión y constancia, la transformó en un emprendimiento citrícola tecnificado: riego presurizado, fertilización planificada y variedades modernas. Hoy impulsa la industrialización y la exportación de cítricos, fortaleciendo ingresos y orgullo local.


HISTORIA Y PROYECCIÓN
Una herencia que impulsa: La familia de Valerio recibió tierras en la Reforma Agraria. Cultivaban coca, achiote y café para sostener el hogar, junto a naranjas criollas y mandarinas corrientes que crecían en cantidad. Ese trabajo cotidiano creó disciplina, conocimiento del suelo y amor por la chacra: la base perfecta para evolucionar.
Mirar más allá de la chacra: Con los años, los hijos empezaron a salir, hacer pasantías y observar otras experiencias agrícolas. Surgió la idea de mover la fruta: primero un saco, luego dos, hacia Cusco. Allí confirmaron algo clave: el sabor y la calidad, nutridos por suelos fértiles a orillas del río Yanatile, encantaban. Había mercado y era momento de pensar en producción con enfoque comercial.
Del detalle a los pedidos serios: En la época de Morales Bermúdez el mercado era incipiente y se vendía “al común”. El tiempo mostró otro escenario: mejores caminos acortaron distancias y, ya en el gobierno de Fujimori, el traslado pasó a ser de ida y vuelta en un día. De vender sacos sueltos se pasó a jabas completas; la demanda creció porque la fruta convencía por color, dulzor y jugosidad.
De la faena al plan de trabajo: El crecimiento de las parcelas exigió orden. Las faenas comunitarias (hayne, minka) dieron paso a roles definidos, jornales y calendarios de labores. Esa organización permitió atender cosechas más grandes y responder a compradores con volúmenes y tiempos pactados.
Tecnificación que marca diferencia: Llegaron sistemas de riego, fertilización adecuada y buenas prácticas agrícolas. Monte Salvado fue pionero en la instalación de riego, mostrando que era posible producir con eficiencia. El distrito financió estudios técnicos (Plan Medis) durante la gestión de Feliciano Vargas; esos estudios se concluyeron en la primera gestión del Econ. Edwin Cabrera y dieron pie a ejecutar el primer gran proyecto de riego para mayor productividad y fruta más uniforme.
Variedades nuevas, oferta renovada: A fines de los noventa, CODEVA introdujo variedades modernas de cítricos. Al principio hubo dudas, pero muchos productores, entre ellos Valerio, decidieron plantar “para probar”. La respuesta del campo fue excelente: mejor color, dulzor equilibrado y buena vida de anaquel. Hoy esas variedades sostienen gran parte del portafolio comercial de Quesquento y suman valor al nombre de Quellouno.
Logística que suma competitividad: Pasar de tres días de viaje a un trayecto de ida y vuelta permitió entregar fruta fresca, seleccionar mejor y cumplir con los compradores. La logística afinada se traduce en confianza: los clientes saben que los cítricos de Quesquento llegan a tiempo y con la calidad prometida.


Proyectos productivos con visión pública
La Municipalidad Distrital de Quellouno ha acompañado este proceso. Además del riego, se impulsan la planta procesadora y la máquina seleccionadora para mejorar presentación, estandarizar calibres y asegurar trazabilidad. Estas herramientas permiten negociar mejores precios y abrir puertas a mercados más exigentes.
Valor agregado: siguiente paso natural
La fruta fresca es solo el inicio. Valerio y otros citricultores piensan en jugos, néctares, mermeladas y vinos de naranja. Industrializar significa aprovechar plenamente la cosecha, diversificar productos y sostener precios incluso fuera de temporada alta. Es la ruta para que el cítrico de Quesquento conquiste más espacios.
Rumbo a la exportación
Con calidad uniforme, procesos claros y herramientas de selección, la meta es exportar. La mirada está puesta en mercados que valoran sabor, historia y origen. Quesquento quiere ser sinónimo de cítricos confiables, y Valerio resume esa ambición: producir con técnica, vender con estrategia y crecer con identidad.
PRODUCCIÓN DE CÍTRICOS
El centro poblado con mayor producción de cítricos es Chancamayo, seguido por Putucusi y Santiago respectivamente, sigue Quellouno, Estrella, San Martín, Chapo y Chirumbia.
CHANCAMAYO
Ubicado en la margen derecha del río Yanatile, a 1 h 30 min de la capital distrital (Quellouno). Su aniversario se celebra cada 8 y 9 de diciembre. Economía basada en agricultura tecnificada, con fuerte especialización en cítricos (naranja y mandarina) que generan la mayor parte de ingresos familiares. Su posición estratégica facilita salida rápida a mercados.
La Municipalidad Distrital (gestión Econ. Edwin Cabrera Cortés) impulsa inversiones que elevan competitividad: moderna máquina seleccionadora del Proyecto de Comercialización de Cítricos Campanayoc–Chancamayo, obras de pistas y veredas y otras mejoras productivas. Esto fortalece calidad, presentación y precios.
Chancamayo ofrece fruta homogénea, de buen color y sabor, respaldada por procesos de selección y mejor acceso vial: argumentos que atraen compradores regionales y preparan el salto exportador.
“Chancamayo: selección que conquista mercados.”












PUTUCUSI
Ubicado a solo 20 minutos de Quellouno (capital distrital), en la margen derecha del río Yanatile, Putucusi celebra su aniversario institucional cada 12 y 13 de mayo. Es una comunidad de gente trabajadora y pujante, donde la citricultura se ha convertido en la actividad económica principal gracias a una geografía y un microclima que favorecen naranjas y mandarinas de buen color, dulzor y calibre uniforme. Los agricultores con experiencia y compromiso sostienen el movimiento económico local y aportan identidad al distrito.
La Municipalidad Distrital, liderada por el Econ. Edwin Cabrera Cortés, viene articulando con los pobladores acciones para mejorar manejo productivo, infraestructura interna y acceso a mercados: iniciativas que fortalecen ingresos familiares y elevan la calidad de vida. Esa combinación de tierra favorable, organización y acompañamiento técnico posiciona a Putucusi en una trayectoria de crecimiento con proyección futura hacia la exportación.
“Putucusi: trabajo y tierra que dan buen fruto.”












PUENTE SANTIAGO
A 40 minutos de Quellouno (capital distrital), celebra su aniversario institucional cada 13 y 14 de diciembre. Comunidad ribereña donde la agricultura marca el ritmo diario y la citricultura es el eje económico: naranjas y mandarinas con buen color, aroma y jugosidad. Su geografía estratégica combina suelos de buen drenaje, pendiente moderada e insolación adecuada; esto favorece sanidad del fruto y cosechas que conservan frescura en el traslado.
Los productores, cada vez más coordinados, afinan calendarios de cosecha y clasificación básica para entregar lotes más homogéneos y responder rápido a la demanda regional. Esa suma de ubicación, experiencia y adaptación comercial proyecta a Puente Santiago como un origen confiable para compradores que buscan calidad consistente.











QUESQUENTO
A 1 hora de Quellouno (capital distrital), Quesquento celebra su aniversario institucional cada 19 y 20 de agosto. La comunidad ha construido prestigio gracias a agricultores de alto rendimiento que han obtenido triunfos y reconocimientos en diversas participaciones citrícolas, llevando el nombre del distrito a escenarios regionales y reforzando la imagen de Quellouno como territorio de cítricos de calidad.
El entorno combina suelos adecuados, drenaje favorable y microclima estable que permiten desarrollar naranjas y mandarinas con buen color, dulzor equilibrado y aroma intenso. Esta base productiva, sumada al aprendizaje técnico acumulado, sostiene cosechas consistentes y lotes competitivos.
Las asociaciones locales trabajan en organización, selección más rigurosa y trazabilidad para cumplir requisitos de mercados exigentes y avanzar hacia la exportación. Ese enfoque estratégico busca mejores precios, mayor estabilidad de ingresos y una posición diferenciada frente a otros orígenes. El espíritu colectivo —resultado de experiencia, disciplina y metas compartidas— impulsa a Quesquento a consolidarse como un referente emergente dentro de la cadena citrícola del distrito.











